Comparto este momento
en la inmensidad del tiempo
en la inconmensurabilidad del universo
con una rata redonda
en el parque de mi barrio.
¿A quién le importa su vida
y a quién le importa la mía
en la enormidad de la existencia
y de la no existencia?
La rata salta entre las hierbas,
olfatea el aire, se sube al árbol.
Me parece que es feliz a su manera.
A mí sí me importa el rato.
Conciso, breve y bonito
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