viernes, 1 de enero de 2021

Hermana menor

Me recuerdo vívidamente ante el espejo, cuando era tan pequeña que apenas podía ver el reflejo de mi cabeza infantil, con esos ojos tan grandes y ese pelo loco de reírse. Me miraba, digo, después de la ducha, o cuando mi tía me peinaba, y me preguntaba cómo sería lo que viera años después en el mismo espejo, cuando yo fuera grande de verdad; qué cara tendría, si sería guapa, en qué me cambiaría el gesto, cómo de alta sería. "Cuando sea mayor sabré cómo soy ahora y cómo seré entonces, pero ahora sólo sé cómo soy hoy, pero no cómo seré mañana".

Y veo aún la mirada curiosa en mí. A veces, como un fantasma, se aparece la niña despeinada a mi lado: es tan pequeña que he de inclinarme si quiero darle la mano.

–¿Te gusta cómo soy?
–Eres guapa.
–¿Lo piensas de verdad?
–Eres guapa. ¿Te gusto yo?
–¿Cómo no ibas a gustarme?

Se me olvida a menudo quién empieza la conversación.

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