Por todo ese cuento de la dignidad
no he podido rebajarme,
tan sólo satisfacerme fantaseando con ello,
pero aguantar,
guardarme el grito y el revés,
cerrar en mí la mala contestación
y suavizar esa cara de odio que pongo
mientras frente a mí no
había que aguantar nada,
los gritos y reveses brotaban,
la respuesta cruel tenía alas,
mas yo debía
"estar por encima de todo eso",
y no colgar el teléfono,
no volverme agresiva,
llorar, como mucho,
y no mostrar mi ira,
pero cómo te estoy dando motivos para enfadarte
aun con la boca cerrada y temblando
con esta cara de odio que no se me puede borrar.
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