lunes, 7 de noviembre de 2022

La nieve

Alguien se encarga de afilar

una por una                                las estrellas

cuando hace tanto frío

        (no sé si será el mismo alguien

        que con un paño deja

        la luna brillante).

Los planetas también danzan con un giro distinto.

Desde aquí, todos

repartidos bajo una campana de cristal:

pasamos estas noches en un globo de nieve

que nadie se preocupa de agitar,

y por eso no sabemos

movernos, 

nos desplazamos sin sentido, 

chocamos con las paredes,         con los otros;

nos detenemos en medio de un cruce.


A nosotros

    nadie nos saca punta

        ni nos quita el polvo:


sólo nos frotamos los ojos, incrédulos siempre.

Tal vez así, cuando miramos arriba,

con este frío de metal,

parece que es más límpido         el cielo,

y remprendemos el paso

bajo la campana de cristal

    (entonces no precisamos que vuelva a nevar).

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