domingo, 7 de julio de 2019

Rima deshilachada


Dios debió de tener un gato en mente al esbozarte.
Que me cuenten si no de dónde sacaste los ojos.
Tras tus párpados hay las pupilas de la picardía inocente,
el pálpito de la inteligencia que, a pesar de la mirada,
no sabes verte.
Tú llorabas nunca: ya volcaron los astros
sobre tu rostro racimos de universo.
Las tus lágrimas llegarían en desnudarte del yelmo y la espada.

Hay una fábula que habla de leones en la playa
nevada.
También debió de ser
una musa alta: no se sabe qué
hay de ancestral escondido
en el bullicio de tu piel erizada,
una pizca de canción
de pobres que se aman.
Fiesta, fiesta cada noche
más adentro de la almohada,
fiesta de guirnaldas
colgadas en la cama,
pintura de obsidiana iluminada,
interruptor del tobillo, celebración de la mañana,
gloria del cuenco de leche,
suspiro en la hora cotidiana,
fulgor de la conversación entera,
entera, eterna, dorada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario